El protagonista es el cerdo ibérico, cuya principal seña de identidad es la capacidad para infiltrar grasa proveniente de la alimentación (bellotas, pastos y piensos), dando lugar a las características vetas blancas en la carne, sinónimo de calidad y responsables de la textura, el aroma y el sabor excepcional.
Rico en vitaminas y proteínas con un nivel muy bajo de grasas saturadas
De grasa brillante (parcialmente infiltrada), de consistencia untuosa, coloración blanco amarillenta y de sabor muy agradable.
Los formatos de preparación para la exportación y comercialización son muy variados: pieza entera (jamón y paleta), deshuesado (entero y trozos), loncheados.